Protagonismo Arcaico

«Protagonismo Arcaico: La Homofobia de Oneto y su Desconexión con la Realidad Actual»

Como especialista en derecho penal, me gustaría ofrecer una perspectiva crítica y bien fundamentada sobre las declaraciones de Francisco Oneto referidas a la homosexualidad.

Primero, es importante subrayar que la homosexualidad no es una enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales en 1990. Cualquier declaración que sugiera que las personas homosexuales «deben ser curadas» no solo carece de base científica, sino que también perpetúa estigmas y discriminación contra una comunidad que históricamente ha sido marginada y perseguida.

Desde un punto de vista jurídico, tales afirmaciones son problemáticas. En muchas jurisdicciones, la promoción de la discriminación y el odio contra personas por su orientación sexual puede constituir un delito. La Constitución Nacional Argentina, en su Artículo 16, garantiza la igualdad ante la ley, y las leyes antidiscriminación, como la Ley 23.592, prohíben actos discriminatorios por razones de raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.

Además, la promoción de terapias de conversión, que muchas veces se sobreentiende cuando se habla de «curar» la homosexualidad, está condenada por múltiples organizaciones de salud y derechos humanos debido a sus efectos nocivos y la falta de evidencia científica sobre su efectividad. Estas prácticas son vistas como violaciones a los derechos humanos en muchos países, incluyendo varios de América Latina.

Desde una perspectiva periodística, es importante que los medios de comunicación traten estas declaraciones con la seriedad y el contexto que merecen. Proveer un enfoque equilibrado implica no darle cabida a discursos de odio o desinformación, y señalar claramente la falta de fundamento científico y los potenciales daños de tales afirmaciones. Es esencial proporcionar a la audiencia información precisa y basada en hechos verificables.

El rechazo del periodista Luis Novaresio a las declaraciones de Oneto es comprensible y adecuado. Calificar a tales comentarios como «paleolíticos» subraya la idea de que están anclados en creencias obsoletas que no tienen lugar en una sociedad contemporánea que valora la igualdad, la inclusión y el respeto por los derechos humanos.

Las afirmaciones de Francisco Oneto sobre la homosexualidad no solo son irresponsables y falsas desde una perspectiva médica y científica, sino que también son peligrosas desde un punto de vista de derechos humanos. Los profesionales del derecho y el periodismo tienen la responsabilidad de combatir estas narrativas dañinas y promover la comprensión y la empatía en la sociedad.

Es ciertamente llamativo y preocupante que un abogado, una persona formada en el estudio del derecho, haga este tipo de manifestaciones. Los abogados estamos entrenados para comprender y respetar los principios fundamentales del derecho, los derechos humanos y la igualdad ante la ley. Las declaraciones que sugieren que la homosexualidad necesita ser «curada» no solo ignoran la ciencia y la medicina modernas, sino que también contravienen estos principios jurídicos esenciales.

Además, como abogados tenemos un papel importante en la defensa de los derechos y en la promoción de la justicia. Nuestras declaraciones públicas son observadas y pueden influir en la opinión pública. Por lo tanto, cuando un abogado hace comentarios discriminatorios o sin fundamento, no solo traiciona estos principios, sino que también puede contribuir a la perpetuación del odio y la intolerancia en la sociedad.

Aquí hay algunas razones por las que estas declaraciones son profundamente problemáticas:

1. Desinformación y Estigma: Al sugerir que la homosexualidad es algo que debe ser «curado», se perpetúa la desinformación y el estigma contra la comunidad LGBTQ+. Esto puede llevar a situaciones de discriminación y violencia.

2. Incompatibilidad con los Derechos Humanos: Los derechos humanos, tal como se establecen en diversos instrumentos internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, garantizan la igualdad y la no discriminación. Afirmaciones como la de Oneto son incompatibles con estos principios fundamentales.

3. Consecuencias Legales y Éticas: En muchas jurisdicciones, las declaraciones que inciten al odio o la discriminación pueden tener consecuencias legales. Además, los abogados generalmente deben adherirse a códigos de ética profesionales que promueven la justicia, la equidad y el respeto por los derechos de todos los individuos.

4. Impacto Social y Psicológico: Este tipo de declaraciones puede tener un impacto devastador en la salud mental y el bienestar de las personas LGBTQ+. La promoción de la idea de que deben ser «curados» puede conducir a la marginalización y a serios problemas de salud mental, incluyendo la depresión y la ansiedad.

Es especialmente decepcionante que un abogado, que debería ser un defensor de los derechos y la justicia, haga declaraciones que son científicamente infundadas y legalmente problemáticas. Esto subraya la importancia que debemos poner en la educación continua en derechos humanos y ética profesional para todos los miembros de la comunidad legal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *