Lo que aconteció ayer en los alrededores del Congreso de la Nación es un lamentable reflejo de un problema que nos persigue hace tiempo: la violencia como forma de expresión política. Ayer vimos cómo una vez más, los sectores kirchneristas optaron por el camino de la barbarie, convirtiendo las calles en un campo de batalla mientras el Senado debatía la Ley Bases.
El escenario que se presentó fue una verdadera pesadilla. Vimos balas de goma, gas pimienta, camiones hidrantes y, sobre todo, una violencia desbordada que dejó autos quemados y propiedades destruidas. No es solo una cuestión de daños materiales; es la violación del orden, la ruptura de la convivencia social y el irrespeto a las instituciones.
En el instante en que los manifestantes comienzan a lanzar piedras, palos y bombas molotov, cruzamos una línea peligrosa. Lo que debería ser una discusión democrática y legislativa se convierte en una pelea de extrema violencia. La quema del auto de Cadena 3 y la destrucción de otro vehículo en plena calle Sáenz Peña son actos que muestran el desprecio por la legalidad y la convivencia pacífica.
Y aquí, Cristina Kirchner, es inevitable dirigirme a usted como figura central del kirchnerismo y ex Presidenta, tiene una enorme responsabilidad. Es necesario que condene estos actos de manera enérgica y pública. La violencia no puede ser la herramienta para lograr objetivos políticos. Estos actos no solo desacreditan a quienes los perpetran, sino también a las causas que dicen defender.
La Argentina no puede seguir por este rumbo. La violencia no nos lleva a ningún lado, solo alimenta la división y el caos. La pregunta que debemos hacernos es: ¿es este el país que queremos para nuestros hijos? Un país donde prevalece la ley del más fuerte y donde la violencia se utiliza como moneda corriente para resolver conflictos.
La respuesta debe ser un rotundo no. Queremos una Argentina donde las diferencias se resuelvan mediante el diálogo, el respeto mutuo y la ley. Necesitamos líderes que promuevan el debate sano y constructivo, no la confrontación y la destrucción. La construcción de una sociedad justa y pacífica no puede basarse en el odio y la violencia.
Cristina Fernandez de Kirchner, es hora de dar un paso al frente. Condenar estos actos de violencia y alentar a tus seguidores a optar por el camino del diálogo y la paz. La Argentina necesita líderes que fomenten la unidad y la cooperación, no que alimenten la discordia. Debemos construir un país donde todos podamos vivir en paz y trabajar juntos por un futuro mejor.
La responsabilidad es de todos. La violencia nunca será el camino, y es tiempo de que como sociedad dejemos claro que no la toleraremos. Que este triste episodio nos sirva para reflexionar y corregir el rumbo. Podremos tener diferencias, pero debemos resolverlas sin caer en la barbarie. Por una Argentina más justa, pacífica y unida.